viernes, 2 de abril de 2010

Drama de un Vals


Te miro bajar por las escaleras del salón,
elegancia es nuestra marca en esta rara ocasión;
extiendo mi brazo para tu mano agarrar,
es hora del vals comenzar a bailar.

Te tomo de la cintura, tu otro brazo sobre mí,
imitas mis movimientos y te veo sonreír;
la música omnipresente es lo que nos guía
y el veneno de nuestras almas fructifica la agonía.

Disfrutamos el momento y tras la oscuridad
en nuestros ojos se refleja la pútrida maldad.
En nuestras manos están las armas para destruirnos
así como una vez nos atrevimos a unirnos.

Cruzamos las miradas llenas de conmoción
-cuando acabe ésta pieza comenzaremos la acción-
venenosas, elocuentes, inhóspitas, dementes,
corroídas y silentes… ¡El amor llega con la muerte!

Se presenta el final de la pieza y te hago girar,
se despierta nuestro instinto, nos tenemos que matar.
Bailando grácilmente te acercas con el cuchillo
y en mi danza una estaca al son del estribillo,

un abrazo, otro giro, la melodía va a terminar,
te acerco al suelo, te miro y dejamos de bailar.
La sangre se desliza por el salón antes gris
-adiós- escucho entre dientes -mi gran emperatriz-

Caigo inmediatamente soltándote de mis brazos
mientras te acercas rápidamente y besas mis labios.
Diviso mi estaca en el suelo y tu cuchillo en mi pecho,
mi alma se va alejando, mi cuerpo queda en tu lecho…

Sonrío por última vez acariciando tu cara
y esta unión enfermiza se transforma en drama,
lágrimas caen de tus ojos y te intento consolar
-era la única forma de nuestro amor perpetuar
-

El silencio se hace agobiante… Desaparece el dolor
…Mi corazón se detiene y por fin siento tu amor.


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