sábado, 3 de abril de 2010

Deseo inevitable


Mi mente despierta de deseo
y mis dedos a tu cuerpo rastrean,
el miedo se deshace si te veo,
tus labios insaciables me desean.

Intentas ocultarlo en tu mirada
pero no puedes con mi melodía,
te susurro al oído y cautivada
se llena tu rencor de algarabía.

No hablo, te recorro con mi lengua
y sin pensarlo te dejas llevar,
despacio, te mentí, acabó la tregua...
De mí, nadie te va a salvar.

Muerdo tu espacio, tu simiente.
Saboreo tus virtudes y defectos.
Me excito más si tu ser miente
cuando los instantes conmigo son perfectos.

Sangre, saliva, locura... -Te has dejado-
Momentos ocultos que te acusan
mi cuerpo de ti, se ha salpicado
tu lívido y mi ser ya no se excusan.

Retándome, seguimos otra ronda,
en tus claros ojos ya se delató...
Deseas comerme como anaconda
junto al orgasmo que en nosotras explotó.

Sudor impúdico, vicios obsesivos...
No querías caer y ahora es tarde.
Otro instante de delirios corrosivos
que no probaste antes por cobarde.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy pero muy, bueno la verdad meencanto este, se parece a una historia que de la vida real jejeje te la comes Exito en tu vida... No olvides que te quiero mucho!!!

Trinity dijo...

¡Gracias! Aunque se vale dejar el nombre para saber si también te quiero o no jajaja.

Huellas dijo...

Así le ocurre a mi cuerpo cuando despierta del deseo