miércoles, 26 de septiembre de 2007

Mi vida como Gotica


...Muchas veces creí que mi vida era el producto de una gran equivocación del destino. Era como si todas las fuerzas invisibles se habían confabulado contra mi. Me hallé envuelta en éste laberinto cruel de nuestra vida diaria. Confundida la mayoría de las veces, atormentada el resto, traté en vano de encontrar un espacio entre los otros seres humanos que respiraban y se movían a mi alrededor. Era casi una costumbre obligada encontrarme silenciosamente meditando mientras los observaba. Cada ser humano completo, aparentemente feliz, hacía lo mejor que podía para sobresalir entre los demás. Tenían amigos, metas, gustos y ambiciones...Entre los que me rodeaban habían algunos de mi edad. Me parecían a veces tan vacíos, tan frívolos, perdidos entre el consumismo, las modas, las fiestas, los vicios y males de la juventud. Ellos también me observaban, claro...para ellos yo era algo inoportuno, un error...a veces mi silencioso juicio los incomodaba. Sin palabras expresaba toda mi repugnancia hacia su sistema de vida. Eso era irritante para sus "vidas normales" así que me gane la soledad como amiga y las tinieblas como mundo. Era penoso pero seguro. No fue algo que escogí al principio...Juro que traté...me esforcé...por ser como ellos...Por "vivir" entre ellos y ser aceptada. Aún a esos extraños en mi casa a quienes llamaba "Padres" traté de agradarles...pero fue inútil, estúpido y aberrante. Entre más intentaba amoldarme a sus criterios y conceptos más me degradaba dentro de mí. Sus juicios eran más altos que yo...Mis defectos y temores me señalaban. Mi punto de vista era tan contrario que fue una espada que hirió mis propios sentimientos. Entonces sólo quede yo.

Fue cruel cuando ese día me di la vuelta y no vi a nadie a mi alrededor. Aquellos que se llamaron mis amigos me habían abandonado. Uno de ellos, el peor, se atrevió a quedarse a mi lado un rato más. Yo en mi desesperación le rogué que no me dejara. ¡Qué gran error! de pronto sacó sus más valiosos argumentos y respuestas que "todo lo solucionaban". Su lengua y gestos fueron como espinas que se estrellaban contra mi alma. Me señaló, me atacó...me hirió. Dijo que me comprendía, fingió que me entendía, pero ¿Cómo? ¡Si yo misma no podía comprenderme! Entonces me fue dolor su compañía y más sangré pues aquellos a quienes amaba me lastimaban con sus palabras.


Mi única escapatoria fue ocultarme en las tinieblas. Era un sistema sencillo. Allí nadie juzgaba a nadie...Todos eramos prófugos de la vida. A mi alrededor había seres lastimados, solitarios, confusos, complejos. La oscuridad nos rodeaba y en sus penumbras no había oportunidad de observar a nadie. Por algún tiempo estuve segura, pero no duro mucho. De nuevo me sentí vacía, seca...De pronto las tinieblas no me dejaron ver a mi alrededor así que pensé que me adentraría hasta su abismo. Tenía que existir un fondo, un piso sobre cual andar...un todo para vivir. Llena de una nueva expectativa comencé a transitar por la niebla...

No se cuanto tiempo anduve. Pocas veces tuve la oportunidad de ver el mundo exterior. Allí continuaba la gente sus vidas. Soñaban, reían, hablaban del amor y de los deleites que saboreaban...Yo nunca comprendí esas palabras, yo no encajaba en ellas así que no me preocupé. Lo último que recuerdo haber visto fue los ojos tristes de mis padres. Quería decirles tantas cosas. ¿Por qué me trajeron a este mundo? ¿Por qué me dejaron morir en medio de la vida? ¿Por qué nunca se esforzaron por ser lo que debieron ser para mi? ¿Por qué nunca me advirtieron que no fuera lo que soy? Era tarde...No dejé que las lágrimas cegaran mis vista.

Me arranque el corazón...Pensé que ya no lo tenía pero allí estaba. Lo que quedaba de él lo saqué...estaba lleno de gusanos...podrido, inerte dentro de mi pecho. Y entré, profundo en la penumbra, en las más densas tinieblas...completamente sola. Me sentía libre, segura. Nadie que me señalara, que me amara, que me hiriera...Busque el sitio más recóndito de la oscuridad para ocultarme. Lo llamé hogar por primera vez.

Hice un muro inmenso y borré los caminos que conducían a él para que ninguno osara buscarme. Allí habité...allí me planté como una rosa muerta que quería sentir el frió de la noche.

Recuerdo que había tanta tranquilidad, tanto silencio...todo era tan oscuro y solitario. Al principio no lo noté y cuando lo noté me agradaba. Pero no me encontraba sola. Para mi sorpresa el silencio despertó a extrañas criaturas ocultas dentro de mí. Entonces el sueño inundó mis ojos...y ellas salieron desde dentro. El frió y la soledad me fueron golpeando...La tranquilidad se volvió inquietud y las criaturas se deformaron delante de mi para atormentarme. "Demonios" ....Mis "demonios" se hicieron presentes...Me hallé en el infierno mismo. El Infierno de mi misma.

Me desgarraron, me desangraron...Uno de ellos"Temor" me acosaba día y noche...me sujetaba , me ahorcaba...no supe su nombre real hasta hace mucho tiempo. La "Conmiseración" se hizo mi madre y el "Dolor" mi padre...La extraña silueta de la Muerte se hizo presente, pero para mi horror ella se burlaba de mi. Entraba y salía de mi Infierno...Se alejaba y regresaba. Nunca había conocido el amor pero cómo la deseaba. Tanto quería que me llevara consigo y me librara de la vida que la amé como a nadie. Pero ella sólo me despreciaba y me decía que no la merecía. Así que me acostumbre a su desprecio, al tormento de mis demonios y a mi cruel destino. Sin salida, era un ser siniestro, triste, patético herido y sangrante. La Muerte me fue tan querida, tan preciada. La veía como mi única salida, lo único seguro...sus brazos eran mi mayor anhelo, su consuelo mi mayor expectativa.

Así transcurrieron los años.... Perdí la capacidad de respirar, de observar el tiempo de soñar. No había día ni noche. Me olvide de la alegría, de los deseos. Mi obsesión con la Muerte y la compañía de mis demonios eran mi único refugio, mi único hogar. De no ser por él allí mi espíritu se hubiera desecho y fundido con la niebla. Su nombre era hermoso, como ninguno que jamás hubiera escuchado. Su rostro era semejante a la verdad, nítido y bello. Era un ser sufriente, pero no por su pecado ni por sus culpas sino por la pureza. Me conocía, me buscaba. Al principio no comprendí sus intenciones. No sabía si temerle o rechazarle con odio. Pero se inclinó a mí y con sólo una palabra me devolvió el alma. Su mirada sanó mis heridas...Me dio su propia sangre y su propio aliento para que viviera...Me levantó del polvo y la miseria y me regalo la luz para que sellara mi destino. Desde entonces Tuve el poder para desafiar a la perversa Muerte y enfrentar a la cruel Vida, para combatir a mis demonios y vencerlos. Me dio el don de la compasión y la sabiduría para habitar entre los hombres y la voluntad de renacer de mis cenizas cuando fuere necesario.

Aún puedes verme en las tinieblas o en la luz. Entro y salgo sin que nada me toque, sin que nada me hiera...Me volví fuerte, inmune a los juicios y a los dedos que me señalan. Violenta y siniestra con los que me intentan humillar pero a la vez compasiva...son sólo víctimas inocentes de la ignorancia...del desprecio y de la mentira...Son sólo seres humanos que aún tratan de entenderse a sí mismos.

By: Karelys... Mil gracias amiga :D

No hay comentarios: