viernes, 15 de mayo de 2009

Una historia de amor I



Ella estaba allí llorando
cuando de pronto llegó el amor,
no de la forma que hubiese esperado,
pero había encontrado a esa persona ideal
que le daría lo que necesitaba, que le daría calor.

Al principio tomó su mano, como amistad todo observó
y se sintió tan completa por primera vez
pero aun así no notó,
que estaba agarrando la mano de quién la enseñaría a vivir feliz,
de una persona que la amaría como nadie jamás la amó.

Su llanto ya no continuaba,
mientras que ella estuviera a su lado;
pero fue después de un tiempo que notó la realidad,
ella se había enamorado
y ya nada podía hacer; -lo tendría que aprovechar-

Lo negó y no lo aceptó, eso era una locura
esa persona, esa amistad, eso sería una tortura;
¡la sociedad no aceptaría jamás su unión!
Pero si cambiase de opinión, quizás lo podría lograr.

Con el tiempo se dio cuenta que luchar era en vano,
se había vuelto una princesa, desde que la llevaban de la mano,
y ella ya no quería, volver a la oscuridad.

Ahora el amor se había apoderado y todo era un sueño,
hasta que un día llegó ese momento…
El día en que su corazón, se destruyó de verdad.
Su amor se debía ir, a causas del destino,
y al lugar al que iría ella no podría, porque era la muerte quién le guiaría
culpable: una grave enfermedad, que ella nunca aceptaría.

Estuvieron por última vez, varias veces,
aprovechando cada día antes del final,
ella ahora volvía a llorar y su amor quería todo esto cambiar.

“Cuantas veces después de esto deseó nunca haber aparecido,
para no lastimar a su amada…
La había hecho feliz después de estar tan desolada
y ahora la mataría y evitar esto, no podría;
ya sólo quería morir.”

Ella tomo a su amor de la mano, con lágrimas en los ojos
como el primer día en que se vieron,
el día en que todo cambió;
fueron a una azotea en luz de luna, a ver el cielo,
y por primera vez después de aquella noticia,
en paz y en calma se sintió.
Caminaron unos pasos, el aire soplaba ligero
-siente la calma del mundo, no les importa si muero-
Un beso, las lágrimas y un consuelo alentador,
saltaron y cayeron, ella nunca se soltó
de la mano que en aquel tiempo un día la salvó,

..Pero justo después de ese momento, ella se despertó.

-¿Qué hacen? ¡Déjenme morir!-
Resulta que alguien la salvó,
pero su amor no lo logró,
había muerto como un día, su destino se escribió.

Ella estaba allí llorando,
pero el amor más nunca volvió a tomar su mano,
como en aquella tan lejana vez.

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