domingo, 24 de mayo de 2009

Rechazo


¡¿Por qué?! ¡¿Por qué lo hermoso se macha de maldad?! ¿Alguien que me diga como amarte enfrentada al mundo, obviando sus prejuicios? ¿Cómo decir cuanto te quiero en público sin que nos vean mal? Y el miedo de que se enteren nuestros amigos o nuestra familia es mayor que nuestro amor, quisiera que alguien me respondiera porque no entiendo, es un sacrificio mayor de lo que esperé, ¿aun de lejos tengo que negarte? ¿Ésta es la única forma de que estemos en paz?

Sabía que sería difícil pero cada vez empeora, sé que es necesario hacerlo pero me cuesta escuchar en mi cabeza como me presentas a tus padres y tus otros amigos como una amiga más… Quisiera gritarles a todos la verdad, pero la mayoría no lo entiende y lo peor es que aunque no me importa la mayoría, entre la minoría están las únicas personas por las que debemos preocuparnos de verdad, que no se enteren de la realidad.

En estos días lloré, porque tanto que se han esforzado porque sea una persona de bien, una hija, una sobrina, una amiga ejemplar y resulta que por un lado u otro les voy a fallar; de verdad pensé por un instante que lo mejor era desaparecer del mundo antes de que las únicas personas que jamás me fallarán a pesar de las diferencias (mis padres), se enteren de que no soy lo que debí ser, que me gustas tú y que aunque lo nuestro se termine no dejarán de gustarme “ellas” siendo una o “ellos” siendo él.

Me he pasado los últimos meses ignorando la realidad, con personas que me aceptan, que hacen que el mundo se vea color rosa, pero quienes realmente me importan y me gustaría que me apoyaran y estuvieran allí, desprecian lo que soy. Sabes que me gustaría pero tengo que cuidarte, no tienes idea de lo feo que se siente que las personas que más ames en el mundo te rechacen, incluso que te odien, yo lo soportaría total ya lo he sentido muchas veces… ¿Pero tú crees que serías capaz? Eres fuerte a pesar de todo, pero no quiero verte sufrir y menos si puedo evitarlo; mejor será ocultarlo.

Odio al mundo porque no se ven antes de juzgar, que por temor a lo desconocido lo tratan de modo despectivo, porque jamás se ponen en los zapatos de los demás (egoístas), porque no saben el dolor que nos causan, porque no saben como se siente el temor, porque no entienden lo que es el amor y entre muchas otras cosas; porque jamás me dejarán (siendo como soy), ser feliz.


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