La última vez que sentí el aire abrigador
fue en aquel tiempo en donde no sentía la soledad,
recuerdo que aún estaban las personas que quería,
aquellas que juraron, que nunca me abandonarían.
A veces trato de no creer en el destino
pero no veo otra explicación a ésta tristeza.
¡Si fuera todo por mi culpa, entendería que se marcharan!
pero a veces lo hicieron sin motivos reales
no sé explicarlo con certeza… Pero duele.
Si aquí existiera el invierno, me habría congelado
debido a que las únicas personas que están a mi lado
se encuentran demasiado lejos para abrazarme,
incluso una sonrisa les es difícil dedicarme,
por lo poco que las puedo ver. Lo he intentado…
¿Pero como luchar si no tienes en que creer?
A veces me siento a preguntarme…
¿Cuando se irán los que quedan? ¿Cuánto duraran?
Aquellos que buscan el camino de la sabiduría
son destinados a la soledad,
-precio de obtenerla-
pero yo no quiero sabiduría, sólo quiero calor,
¿es mucho pedir un poco de amor?
En vez de tener que ir acostumbrándome
a la fría y dolorosa soledad que me espera.
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