El niño que me enseño a besar, nunca me besó,
aquel que me enseño a amar, nunca me conquistó
el que me hizo feliz, sin realmente estar a mi lado,
aquel como ese príncipe de cuentos, tan anhelado.
Hoy lo he vuelto a ver y nada ha cambiado
sigue siendo aquel que siempre me hace reír,
quien me enseño a vivir, a estar siempre sonriente;
que en mis mayores temores,
Para ayudarme sigue presente.
Sigue siendo sólo un amigo,
el único hombre que he amado…
Porque la amistad también es amor,
con esto lo e comprobado.
Nunca le daré un beso y nunca de esto sabrá,
porque una vez este amor de amigos…
Confundió con algo más.
Y en silencio recordare su rostro
esperando volverlo a ver…
Y que entienda que nacimos para estar juntos,
Pero no de la forma que él quiere creer.
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